Oporto se extiende a lo largo de las laderas del río Duero, hasta su desembocadura.
Segunda ciudad de Portugal, Oporto domina las mundialmente famosas bodegas de vino de Oporto, situadas en la orilla opuesta del río, en Vila Nova de Gaia. Una armoniosa combinación de atractivos antiguos y contemporáneos, así como un carácter y una luz propios, hacen de Oporto una ciudad realmente encantadora.
El distrito de Oporto es un dinámico centro de comercio e industria, repleto de bellos pueblos y prósperas ciudades.
A lo largo de la costa, podrá degustar delicioso pescado en Matosinhos o explorar la vibrante vida cultural y gastronómica del Gran Oporto.
A pocos kilómetros de Oporto, merece la pena visitar Guimarães, cuna de la nación portuguesa, con su centro histórico clasificado como Patrimonio Mundial por la UNESCO. También Braga, una de las ciudades más antiguas del país, impresiona por sus monumentos, iglesias y tradición religiosa, siendo un importante centro cultural y espiritual del norte de Portugal.
En el interior, destaca la bella ciudad de Amarante, conocida por su deliciosa repostería, donde podrá pasear a orillas del río Tâmega, entre imponentes casas señoriales del siglo XVII.
¡Visite Oporto!
El distrito de Oporto es un dinámico centro de comercio e industria, repleto de bellos pueblos y prósperas ciudades.
A lo largo de la costa, puede hacer una pausa en la localidad costera de Espinho, saborear un sabroso pescado en Matosinhos o pasar unos momentos de relax en el Casino da Póvoa.
En el interior, destaca la bella ciudad de Amarante, conocida por su deliciosa repostería, donde podrá pasear a orillas del río Tâmega, entre imponentes casas señoriales del siglo XVII.
¡Visite Oporto!
Oporto tiene sus orígenes en un asentamiento prerromano. En la época romana se llamaba Cale o Portus Cale, y éste es el origen del nombre de Portugal.
El escudo de la ciudad incluye la imagen de Nuestra Señora. De ahí que Oporto también sea conocida como la «ciudad de la Virgen», a lo que hay que añadir los epítetos de «Antigua, Muy Noble, Siempre Leal e Invicta», que se le han atribuido a lo largo de los siglos y tras las valerosas hazañas de sus habitantes.
Fue dentro de sus murallas donde el rey João I se casó con la princesa inglesa D. Filipa de Lencastre. Una ciudad que se enorgullece de haber sido la cuna del príncipe Enrique el Navegante, figura clave en los Descubrimientos portugueses.
Debido a los sacrificios que hicieron para apoyar la preparación de la armada que partió en 1415 a la conquista de Ceuta, los habitantes de Oporto se ganaron un apodo que ha perdurado hasta nuestros días. Ofrecieron a los expedicionarios toda la carne que tenían y se quedaron sólo con los callos para su propia comida, elaborando con ellos un plato muy sabroso. Los habitantes de Oporto pasaron a llamarse «tripeiros». La expresión se sigue utilizando hoy en día, y la especialidad gastronómica es imprescindible en cualquier restaurante local.
Oporto desempeñó un papel fundamental en la defensa de los ideales del liberalismo en las batallas del siglo XIX. La valentía con la que resistió el asedio de las tropas miguelistas durante la guerra civil de 1832-34 y las valerosas gestas de su pueblo -el famoso Sitio de Oporto- le valieron el título, único entre las demás ciudades de Portugal, de Invicta Cidade do Porto.
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